A todos los cristianos y personas de buena voluntad que creen y defienden la dignidad de la persona y el inefable valor de la vida humana desde el momento de su concepción hasta su muerte natural.

El Proyecto se propone en primer lugar conocer y profundizar las enseñanzas del Magisterio sobre el verdadero sentido y valor de la vida humana y especialmente de San Juan Pablo II en su Encíclica “Evangelium vitae”.

Dirigimos nuestro esfuerzo a todas aquellas personas que no disponen de una vivienda digna, que carecen de recursos, de lazos comunitarios y familiares. Junto a ellos desarrollamos un itinerario personal que cubra tanto las necesidades básicas (alojamiento, alimentación, salud e higiene, etc.) como acciones de recuperación personal que rompan su aislamiento social.

“NO NOS HAGAN INVISIBLES” es el reclamo de la lealtad para que todos los que puedan, nos ayuden a cuidar bien, y cada día, mejor. Necesitamos todo aquello que nos garantice dignificar, como hasta ahora, los valores de LARES de respeto a la vida de los Mayores y Dependientes.

Es un grito de esperanza y, también, de ruego de colaboración y solidaridad para seguir cuidando con pasión y compasión

Zamboanga es, por su proximidad a Malasia e Indonesia, un puerto muy activo en el tráfico de menores. Usualmente, las víctimas provienen de hogares con escasos recursos económicos, bajos niveles educativos y marcados por la violencia física, psicológica y/o sexual. En algunos casos es en el seno de la familia donde se cometen los abusos, otras veces las familias son engañadas, o confían en redes ilegales que emplean a las niñas como trabajadoras domésticas en condiciones de semiesclavitud o como trabajadoras sexuales. 

El centro Tanglaw Buhay acoge a las niñas supervivientes de la trata. 

Como menores de edad, a los niños todavía les queda un largo camino para completar su desarrollo y madurez. Esto es lo que les hace personas especialmente vulnerables que requieren de cuidados especiales y una protección cualificada. Sin embargo, ser menores de edad no significa ser menores en derechos. Especialmente relevante, por esta razón, resulta su derecho a ser escuchado y a participar en las decisiones que les afectan, de acuerdo con su madurez y desarrollo.

El planeta no aguanta más. Es el momento de que las presentes generaciones se unan para reinventar el mundo en el que vivimos y asegurar un nuevo futuro con un propósito común: cuidar y preservar el entorno. En el Día Mundial del Niño, los jóvenes se movilizan por el cambio climático.